Un aspecto que muchas compañías cuidan es la seguridad, afortunadamente existen diferentes maneras de garantizar la protección de un inmueble, una de ellas son las tarjetas RFID, las cuales sirven para la identificación de los empleados, por mencionar solamente un ejemplo.
Este tipo de tarjetas tienen distintas aplicaciones y un funcionamiento muy interesante, por lo que es necesario conocer a detalle qué son para que puedas implementarla en tu organización.
Las siglas RFID vienen del término en inglés Radio Frequency Identification, que en español significa “Identificación por radiofrecuencia”; se trata de un sistema que almacena y recupera datos en un dispositivo, en este caso, las tarjetas de plástico.
Las tarjetas RFID tienen una tecnología que les permite transmitir la identidad de un determinado objeto, como si fuera un número de serie que viaja por ondas de radio para llegar hasta otro objeto capaz de identificarlas.
Este tipo de tarjetas RFID forman parte de la “revolución inalámbrica”, además de almacenar datos pueden reducir costos para las empresas y cuidar de una mejor forma la seguridad, para entrar a un inmueble o desplazarse dentro de sus instalaciones.
La tecnología RFID sirve para leer a distancia la información de un objeto, también almacena y recupera datos de forma remota para “protegerlos con cifrados y contraseñas en tiempo real”, según lo explica un artículo de la revista Q México.
Conviene mencionar que estas tarjetas, y en general la tecnología RFID, cuentan con algunas ventajas que las hacen muy competitivas dentro del mercado:
- Simplifican la logística
- Aumentan la eficiencia
- Aportan una mayor seguridad
Uno de los antecedentes de las tarjetas RFID es el código de barras, que a pesar de tener un amplio uso presenta un par de desventajas: debe existir una visión directa entre el código y el lector, y no se pueden reprogramar.
Este tipo de detalles contribuyeron a que apareciera la identificación por radiofrecuencia, para la cual se utilizaban chips de silicio que transferían sus datos almacenados a un lector sin que hubiera algún contacto físico, pero debía ser a corta distancia.
Con el paso de los años, esta tecnología se mejoró y en la actualidad se emplea por muchas empresas porque es una manera de cuidar la seguridad, sin hacer grandes inversiones ni modificar la infraestructura de sus instalaciones.
Las tarjetas RFID como una excelente llave
Las llaves electrónicas son una opción muy segura para las empresas, e incluso muchos hoteles las han adoptado para proporcionar tranquilidad a sus huéspedes; estos objetos tienen la forma de una tarjeta (como las de crédito o las de transporte) y son muy prácticas para muchos fines.
En este sentido, las tarjetas RFID son una gran alternativa porque en un chip guardan datos de identificación que son interpretados por un lector, sin que exista un contacto directo, por eso son funcionales para pagos electrónicos, llaves e identificación de personas.
Los chips RFID que se utilizan para la identificación por radiofrecuencia se dividen en dos tipos: Son los primeros que se comercializaron, tienen un alcance que va de los 2 hasta los 30 centímetros, un factor que depende del lector RFID. Entre sus características se encuentra una lectura lenta, almacenan un 1Kb de información y su costo es más económico. Su alcance va de los 10 centímetros hasta 1 metro, por lo que son muy sensibles a las interferencias. Poseen una mayor capacidad de almacenamiento y son seguras, además es muy difícil que se puedan clonar. Este tipo de tarjetas de identificación por radiofrecuencia cuentan con un funcionamiento muy particular y otras características que veremos a continuación.
Tarjetas de proximidad RFID
Cuando hablamos sobre las tarjetas de proximidad RFID nos referimos al nombre genérico que se les da a las tarjetas inteligentes, las cuales pueden dar acceso o realizar un cobro sin que haya contacto.
Dentro de este grupo se encuentran las tarjetas de 125 kHz y las tarjetas sin contacto de 13.56 MHz, que deben estar avaladas por la norma ISO 14443, un estándar de calidad internacional establecido por la Comisión Electrónica Internacional y la Organización Internacional de Normalización (ISO).
Estos objetos funcionan correctamente en distancias que pueden ir de los 5 a los 10 centímetros, por lo que muchas personas las guardan en porta tarjetas o en sus carteras, y de todos modos siguen funcionando sin ningún problema.
Además, una característica muy importante de las tarjetas RFID es que tienen un costo accesible, por lo que muchas industrias las han comenzado a utilizar, entre ellas la del transporte, la hotelería, los sistemas de pago y la corporativo.
Por ejemplo, con una tarjeta de identificación se cuida de mejor manera la seguridad de un edificio de oficinas, porque todos los empleados tienen un gafete que garantiza su presencia segura, porque ahí es donde trabajan todos los días y no representan un peligro para las demás personas.
En Plastikko somos especialistas en la fabricación de tarjetas de identificación, pues sabemos que para muchas compañías es importante garantizar la seguridad de su personal, así que es un tema en el que contribuimos de manera eficaz y óptima.
¿Cómo funcionan las tarjetas RFID?
Ahora toca el turno de conocer cuál es el funcionamiento de las tarjetas RFID, el cual se basa en tres pasos básicos: leer, transmitir y capturar, en este caso es la información que se almacena en los chips de dichos objetos.
El sistema que hace funcionar a estas tarjetas está integrado por los siguientes componentes:
Tecnología RFID
Hasta el momento hemos explicado cómo son y cuál es la forma de funcionamiento de las tarjetas RFID, dos aspectos fundamentales que se basan en la tecnología de identificación por radiofrecuencia, la cual es posible gracias a las etiquetas donde se almacenan los datos.
No tienen una alimentación eléctrica, por lo tanto la señal que les llega proviene de unos lectores que inducen una pequeña corriente eléctrica que hace funcionar el circuito CMOS (semiconductor complementario de óxido metálico) de la etiqueta. Funcionan a una distancia aproximada de 10 centímetros y puede llegar hasta un par de metros, todo depende del diseño y el tamaño de su antena. Estas etiquetas tienen su propia fuente de energía que sirven para transmitir una corriente eléctrica a los circuitos integrados, lo que hace que la señal llegue al lector. Una de sus características más notorias es que transmiten señales más potentes, por lo que funcionan en distancias más largas que las pasivas; sin embargo, en ocasiones su costo es más elevado. Estas etiquetas funcionan con baterías internas, pero tienen una desventaja, solamente pueden activarse cuando están cerca de un lector, de lo contrario no son de utilidad. Aunque hemos mencionado que la tecnología RFID se utiliza en las tarjetas, hay otros usos, por ejemplo: aparatos para hacer pagos, pasaportes, gestión de inventarios y seguimiento a las personas.
Otro aspecto importante sobre esta tecnología tiene que ver con la clasificación, que está basada en el rango de frecuencias que utilizan los sistemas de identificación por radiofrecuencia:
- Baja: 125 a 134.2 kHz
- Alta: 13.56 MHz
- Ultraelevada: 868 a 956 MHz
- Microondas: 2.45 gigahercios
Sin duda se trata de una tecnología muy avanzada que ha sido adoptada por diferentes industrias, debido a su utilidad y que en muchos casos, no necesita de costosas inversiones para implementarla.
Mejora la seguridad con este tipo de tarjetas
Las tarjetas RFID tienen distintas ventajas que han permitido la expansión de su uso, una de ellas es que sirven para la identificación del personal de una empresa, haciendo el proceso mucho más preciso porque los datos de cada colaborador se guardan en el chip de estos objetos.
Es una manera muy efectiva de brindar seguridad en una empresa, porque solamente el personal autorizado tiene estas tarjetas, así que sin ellas no se puede acceder a las instalaciones, a menos que exista un registro previo.
El tema de la seguridad es muy importante porque en un inmueble conviven muchas personas, además resguarda el patrimonio de los empresarios, así que se debe de garantizar que solamente personal de confianza transite por todas las instalaciones.
Incluso, hay muchos edificios donde los accesos a las áreas, como el comedor o los pasillos de elevadores, están controlados por lectores para tarjetas de identificación, haciendo que el flujo interno sea seguro y mejor controlado.